Biblioteca de Referencias

Las Leyes Azules (o estatutos de extremo rigor) se encontraban tanto en Inglaterra como en todas sus Colonias Americanas. Fueron impuestas al pie de la letra y generalmente cayeron en desuso después de la Revolución. Las Leyes Azules de Connecticut recibieron una desagradable notoriedad en la “Historia General de Connecticut” del Reverendo Peter (1781), quien inventó decretos como “Ninguna mujer besará a su hijo en el Sabat o en dias de ayuno”. Pero las leyes válidas de Connecticut, algunas de las cuales son aquí reproducidas junto con su capítulo bíblico y verso, fueron demasiado severas. ¿Cómo se ajustaban los castigos a los crímenes? ¿Cuáles ofensas podrían ser consideradas como criminales hoy en día?.

	Si algún hombre o mujer, después de ser legalmente condenado llegara a rendir culto a otro Dios que no fuera el Señor Dios, el deberá ser ejecutado.
	(Deuteronomio 13:6, Exodo 22:20)
	Si alguna persona dentro de esta colonia blasfemara el nombre de Dios, al Padre, al Hijo, o al Espíritu Santo, mediante blasfemia directa, expresa, presuntuosa, o alevosamente abierta, o si mal diciera de alguna forma similar, el deberá ser ejecutado.
	(Levítico 24:15-16)
	Si alguna persona cometiera algún asesinato intencional, cometido con maldad, odio, o crueldad, no en justa y nece saria defensa, ni por casualidad (accidente) contra su voluntad, será ejecutado.
	(Exodo 21:12-14, Números 35:30-31)
	Si alguna persona diera muerte a otra maliciosamente, sea mediante envenenamiento o por otras prácticas diabólicas, será ejecutado.
	(Exodo 21:14)
	Si alguna persona robare una persona y la vendiere, o si fuere hallada en sus manos, será ejecutado.
	(Exodo 21:16)
	Si alguna persona levatara falso testimonio deliberadamente y con el propósito de dañar, él o ella será ejecutado.
	(Deuteronomio 19:16-19)
	Si algún niño, o niños, mayor de dieciséis años, y con el suficiente entendimiento, maldiciera o golpeara a su padre o madre natural, será o serán ejecutados, a menos que sea testificado en forma suficiente que los padres hayan educado a sus hijos de una manera cristianamente negligente, o que los hayan provocado con penitencias extremas y crueles por las cuales tuvieran que verse forzados a preservar sus vidas de la muerte o de la mutilación.
	(Exodo 21:17, Levítico 20:9, Exodo 21:15)
	Si algún hombre tiene un hijo difícil de manejar o rebelde, con el suficiente entendimiento y edad, o sea, dieciséis años, quien no obedeciera la voz de su padre, o la voz de su madre, y que cuando le hayan dado escarmiento no les hubiera hecho caso; entonces su padre o madre, siendo sus padres naturales, podrían reducirlo y llevarlo ante los magistrados congregados en la corte, y testificar ante ellos que su hijo es inmanejable y rebelde, y que no obedece a sus palabras y castigos y al contrario, elige una evidente vida de delito, ese hijo será ejecutado.
	(Deuteronomio 21:20-21)